Publicaciones

Tener la carne (Reservoir Books, 2023)

«Tremendamente perturbadora y divertida. Una novela donde el deseo y la muerte salen a tomar el sol».

Mónica Ojeda

«Con toda la seguridad, uno de los debuts más originales del panorama literario español».

Sara Barquinero
Líquida tuya y vertebrada (Letraversal, 2023)

«Hay en Líquida tuya y vertebrada una noción del amor radicalmente cierta y escandalosa: el amor es una trama de procesos fisiológicos, es la gestión de la mierda, el excremento, el pipí, fermento regurgitado, resto alimenticio y grasa acumulada o, en palabras de la autora: sudor, caca, rabia, pis».

Begoña Mendez
Quiero ver cómo la gente sin cuerpos hace el amor (Cántico, 2023)

Las mujeres de estas tres obras amaron a todos los hombres. Ahora se encierran en un jardín, una casa, tal vez una isla, un ordenador, a veces un museo, donde siempre nieva o llueve, una nieve muy densa que hace del espacio un lugar irreal. Hablan con descaro del sexo masculino, del desvarío y la locura, para festejar el placer y el cuerpo. Todas ellas creen desear al hombre, pero lo hacen a través del universo de la máquina, averiguando la intimidad en las interacciones entre los cuerpos, humanos y no-humanos. Estas correspondencias arrolladoras, que tal vez no vayan a ninguna parte más que al interior de las tripas, acabarán siendo una exploración íntima en torno al placer y al autoplacer. No es a ellos a quienes buscan. Es el deseo.

Movernos en la sed (Valparaíso, 2020)

«Carla Nyman hace magia, y cura y revienta el aire. Carla Nyman escribe sobre el cuerpo, la luz y el deseo, y nos deja con la boca abierta y las manos suaves. ¿Se puede tocar un poema? Se debe: y aquí se hace. Carla Nyman restriega todos sus poemas contra nuestras manos y nos entrega lo mejor del género que practica, esto es, una lírica que en vez de sentenciar, sugiere; que en vez de imponer, susurra, y que en vez de oprimir, ama».

Luna Miguel
Elegías para un avión común (Torremozas, 2020)

«Este es un poemario elegíaco que, sin embargo, se encuentra invadido absolutamente por la vida».

Adrián Viéitez